Ataque sin precedentes de Donald Trump contra Barack Obama y el Partido Demócrata

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Incendiarios tuits de Donald Trump contra Barack Obama y el Partido Demócrata:

Donald J. Trump ✔@realDonaldTrump
"I'd bet a good lawyer could make a great case out of the fact that President Obama was tapping my phones in October, just prior to Election!".

Donald J. Trump ✔@realDonaldTrump
"How low has President Obama gone to tapp my phones during the very sacred election process. This is Nixon/Watergate. Bad (or sick) guy!"

Donald J. Trump ✔@realDonaldTrump
"Is it legal for a sitting President to be "wire tapping" a race for president prior to an election? Turned down by court earlier. A NEW LOW!"

Si el Partido Republicano esperaba contención tras el discurso ante el Congreso, Donald Trump volvió a su pantano particular, al fango de la agresión en las redes sociales, la calumnia y la difamación. Es el estilo de su estado mayor en la Casa Blanca, la destrucción sistemática de la reputación de POTUS y del liderazgo moral que se le supone a la figura de quien llega al Despacho Oval.

Donald Trump acusó a Barack Obama de haber interceptado sus comunicaciones a lo largo de la campaña. Dijo que "acababa de descubrir" que se grabaron conversaciones en sus oficinas en Nueva York "justo antes de la victoria". "Qué bajo cayó el presidente Obama para grabar mis teléfonos durante el sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate", escribió en uno de sus tuits.

Los tuits que nunca debió de escribir Donald Trump hay que enmarcarlos en un momento de crisis fuerte en la Casa Blanca, y de un presidente acorralado. Las pruebas se van acumulando en el caso del espionaje del Kremlin en Estados Unidos.

Hubo contactos del equipo de Donad Trump con funcionarios rusos de forma paralela al ciberataque contra el Partido Demócrata que tenía como misión destruir la figura política de Hillary Clinton.

La investigación ha puesto en el corazón de esta trama al embajador de Rusia en Washington, Sergei Kislyak, según la CNN el espía de mayor relevancia en estos momentos del Kremlin al frente de una trama de infiltración en Estados Unidos.

Por ocultar su participación en los contactos con Sergei Kislyak, tuvo que presentar su dimisión el consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn. Ha quedado igualmente tocado y desplazado por este caso el fiscal general, Jeff Sessions.

En estos momentos, el FBI, los servicios de inteligencia de Estados Unidos, el Senado y la Cámara de Representantes mantienen una investigación en toda regla.

La reacción de Donald Trump ha sido la de atacar a los líderes del Partido Demócrata, Chuck Schummer y Nancy Pelosi. Luego soltó la bomba del ataque a Barack Obama, el paso más crucial dado desde su llegada a la Casa Blanca. Insiste en que el expresidente grabó sus teléfonos en octubre, durante el "sagrado proceso electoral".

Sin pruebas, acusó a Barack Obama de un grave delito y le comparó con Richard Nixon. De nuevo, la política de Estados Unidos entró en convulsión. El Partido Republicano ya sabe que llevó a la Casa Blanca la bronca y el matonismo. Un mandato que siga en estas coordenadas simplemente es inviable.


 
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