Bernard Arnault se zampa a Mark Zuckerberg y a Facebook

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LVMH, el conglomerado de lujo, anunció unos resultados récord para el ejercicio de 2017, en que superó, por primera vez en su historia, la barrera simbólica de los 5.000 millones del euros en beneficios netos, sobre un volumen de negocio que se alzó, también por primera vez, por encima de los 40.000 millones.

Así, el presidente del grupo felicitó a la compañía por el resultados y atribuyó a un "mercado mundial favorable" que sopló a favor a favor de las insignias” de la empresa. 

Louis Vuitton, calificada por Arnault como “la primera marca de lujo del mundo”, y también Dior Couture, absorbida por el grupo en la primavera pasada y cuyas acciones se han revalorizado en un 38% desde abril de 2017. De todas las marcas textiles del grupo, solo Marc Jacobs seguiría siendo deficitaria, según la dirección financiera de LVMH.

El otro factor clave en el crecimiento fue el regreso de una coyuntura positiva en el mercado asiático. La demanda en China se volvió a disparar en 2017 y ya supone el 30% del volumen de negocio de Louis Vuitton, marca beneficiada por el éxito de la colección de bolsos ideada por el artista Jeff Koons, que retomaban conocidos cuadros como La Gioconda o Los nenúfares de Monet.

La firma logró abrirse a nuevos mercados  a través de su colaboración con Supreme, la marca de pedigrí con la que logró causar sensación el año pasado. La apertura creciente a ese consumidor joven a través de productos relativamente más asequibles también habría resultado decisiva en la obtención de estos resultados.

Asimismo, los setenta marcas de LVMH obtuvieron un crecimiento orgánico del 12% respecto al ejercicio anterior, duplicando la media estimada para el mercado mundial del lujo, que se sitúa en un 6%.

Arnault aseguró que encara 2018 con prudencia, apuntando a un riesgo de “explosión de la burbuja” y a la “incertidumbre geopolítica”. El objetivo sería alcanzar “entre 2.000 y 3.000 millones de euros” en los próximos cinco años, según Arnault.


 
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