Es un chat creado con inteligencia artificial y capaz de dar respuestas mucho más similares al lenguaje humano. (Foto: Envato)

ChatGPT, la herramienta de inteligencia artificial que revoluciona el mundo

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Hace ya años que se escucha el concepto de inteligencia artificial (IA) como el gran avance tecnológico del presente y del futuro. Sin embargo, nunca la habíamos tenido tan cerca como ahora, y todo ello se debe a una aplicación gratuita llamada Chat GPT.

Su éxito es tal que en tan solo cinco días ha superado el millón de usuarios. Y es que, sus funcionalidades están dejando abrumados a los miles de personas que se acercan hasta ella para saber de qué va y en qué les puede ayudar. 

ChatGPT, un nuevo sistema de chat basado en inteligencia artificial (IA) de la compañía OpenAI, ha revolucionado internet en los últimos días y ha renovado el debate sobre las capacidades que este tipo de herramientas pueden llegar a tener en un futuro próximo y las consecuencias que ello puede desencadenar.

La aplicación, por ahora en fase de pruebas, permite chatear en multitud de idiomas con un sistema de inteligencia artificial (IA) capaz de mantener con mucha naturalidad conversaciones sobre casi cualquier tema, de responder a infinidad de preguntas y de crear contenidos casi a la carta.

ChatGPT es coherente, tiene en cuenta lo hablado previamente en una conversación y es capaz de identificar temas sobre los que es mejor no hablar.

Su inteligencia artificial está alimentada por una enorme muestra de texto extraída de internet, pero la máquina no está conectada a la red en tiempo real y sus “conocimientos” se detienen en teoría en 2021, por lo que no puede comentar, por ejemplo, hechos que se han producido recientemente.
OpenAI, la compañía que lo ha creado, destaca por encima de todo el formato de diálogo con el que opera y las posibilidades que genera.

“El formato de diálogo hace posible a ChatGPT responder a preguntas de seguimiento, admitir sus errores, cuestionar premisas incorrectas y rechazar solicitudes inapropiadas”, explica la firma, en cuya fundación participó entre otros el hoy dueño de Twitter Elon Musk –aunque luego se desvinculó– y en la que han invertido gigantes tecnológicos como Microsoft.

“Hace algunos años los chatbots tenían el vocabulario de un diccionario y la memoria de un pez. Hoy son mucho mejores para reaccionar de forma coherente en función del historial de búsquedas y de respuestas. Hoy ya son más que simples peces”, destacó Sean McGregor, un investigador que compila incidentes relacionados con inteligencia artificial en una base de datos.

Como otros programas que se basan en aprendizaje profundo (deep learning), ChatGPT tiene una gran debilidad: “No tiene acceso al sentido”, explica de Loupy. El programa no puede justificar sus decisiones, es decir, explicar por qué seleccionó así las palabras que forman sus respuestas.

 
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