Eclipse lunar, Luna de Sangre con datos de gran valor científico
#LunarEclipse, #EclipseDeLunaEnTN y #LunaDeSangre.
Los servicios de mensajerías quedaron inundados de fotografías, experiencias personales y memes. Fue una experiencia única, masivamente compartida. La Tierra se situó entre el Sol y la Luna precipitando al eclipse lunar más largo del siglo XXI. Tuvo una duración de 102 minutos.
Para la comunidad científica representó un momento único para acceder a más información sobre el estado del agujero de la capa de ozono. Un equipo del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) viajó a Namibia para un seguimiento amplio y detenido. Desde allí lo retransmitió a través de su web con tecnología de alta calidad (http://www.iac.es)
África, Oriente Medio y algunos países de Asia central han sido los lugares donde el eclipse fue visible por completo. Australia solo pudo disfrutar del comienzo y, América del Sur, del final.
En España se pudo contemplar desde el inicio de la fase total. El fenómeno completo duró 3 horas y 55 minutos si se tiene en cuenta el tiempo de penumbra, es decir, el momento en el que la Luna pasa por la zona más clara de la sombra terrestre. El eclipse lunar ha coincido con la noche más brillante de Marte en los últimos años.
Los eclipses lunares ocurren cuando nuestro satélite pasa por la sombra de la Tierra. Esto no sucede todos los meses, porque la órbita de la Luna está inclinada con respecto a la de la Tierra-Sol (eclíptica). A diferencia de los eclipses solares, los eclipses lunares son visibles desde cualquier lugar del mundo, una vez que la Luna está sobre el horizonte en el momento del eclipse.
El 27 de julio de 2018 se produjo un eclipse total de Luna con el máximo centrado en el Océano Índico según datos proporcionados por la NASA. La fase de totalidad del Eclipse duró 1 hora y 42 minutos -el más largo del siglo XXI- comenzado a las 19:30 horas UT (UT son las siglas en inglés de Tiempo Universal) y finalizando a las 21:13 horas UT.
Desde el África oriental pudo observarse el eclipse en su totalidad. Desde la Europa Occidental (España, Portugal, Reino Unido, Francia o Italia) solo se observó la segunda parte del eclipse con la Luna amaneciendo en el horizonte este.
Durante la totalidad, los espectadores pudieron comprobar que la Luna no desaparece de la vista sino adquiere una tonalidad rojiza. La atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 km más allá del diámetro de nuestro planeta, actúa como una lente que desvía la luz del Sol. Al tiempo, filtra eficazmente sus componentes azules y deja pasar solo la luz roja que fue reflejada por el satélite. Así, la Luna adquiere el resplandor cobrizo tan característico.
Posiblemente ha sido uno de los eclipses lunares más observados al tener lugar un viernes a primera hora de la noche, en periodo veraniego (en Europa), y acompañado de cuatro de los planetas más brillantes que se pueden observar a simple vista. Sin duda uno de los eventos astronómicos de 2018.
Los servicios de mensajerías quedaron inundados de fotografías, experiencias personales y memes. Fue una experiencia única, masivamente compartida. La Tierra se situó entre el Sol y la Luna precipitando al eclipse lunar más largo del siglo XXI. Tuvo una duración de 102 minutos.
Para la comunidad científica representó un momento único para acceder a más información sobre el estado del agujero de la capa de ozono. Un equipo del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) viajó a Namibia para un seguimiento amplio y detenido. Desde allí lo retransmitió a través de su web con tecnología de alta calidad (http://www.iac.es)
África, Oriente Medio y algunos países de Asia central han sido los lugares donde el eclipse fue visible por completo. Australia solo pudo disfrutar del comienzo y, América del Sur, del final.
En España se pudo contemplar desde el inicio de la fase total. El fenómeno completo duró 3 horas y 55 minutos si se tiene en cuenta el tiempo de penumbra, es decir, el momento en el que la Luna pasa por la zona más clara de la sombra terrestre. El eclipse lunar ha coincido con la noche más brillante de Marte en los últimos años.
Los eclipses lunares ocurren cuando nuestro satélite pasa por la sombra de la Tierra. Esto no sucede todos los meses, porque la órbita de la Luna está inclinada con respecto a la de la Tierra-Sol (eclíptica). A diferencia de los eclipses solares, los eclipses lunares son visibles desde cualquier lugar del mundo, una vez que la Luna está sobre el horizonte en el momento del eclipse.
El 27 de julio de 2018 se produjo un eclipse total de Luna con el máximo centrado en el Océano Índico según datos proporcionados por la NASA. La fase de totalidad del Eclipse duró 1 hora y 42 minutos -el más largo del siglo XXI- comenzado a las 19:30 horas UT (UT son las siglas en inglés de Tiempo Universal) y finalizando a las 21:13 horas UT.
Desde el África oriental pudo observarse el eclipse en su totalidad. Desde la Europa Occidental (España, Portugal, Reino Unido, Francia o Italia) solo se observó la segunda parte del eclipse con la Luna amaneciendo en el horizonte este.
Durante la totalidad, los espectadores pudieron comprobar que la Luna no desaparece de la vista sino adquiere una tonalidad rojiza. La atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 km más allá del diámetro de nuestro planeta, actúa como una lente que desvía la luz del Sol. Al tiempo, filtra eficazmente sus componentes azules y deja pasar solo la luz roja que fue reflejada por el satélite. Así, la Luna adquiere el resplandor cobrizo tan característico.
Posiblemente ha sido uno de los eclipses lunares más observados al tener lugar un viernes a primera hora de la noche, en periodo veraniego (en Europa), y acompañado de cuatro de los planetas más brillantes que se pueden observar a simple vista. Sin duda uno de los eventos astronómicos de 2018.
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