Científicos chinos buscan dar con la Tierra 2.0. (Foto: Envato)

A la incansable búsqueda de una versión similar a la Tierra

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Hace poco, la revista Nature publicó que China está trabajando en otros sistemas solares. Tras enviar robots a la Luna, aterrizar en Marte y construir su propia estación espacial, los científicos de la Academia de Ciencias de China publicaron este mes un plan detallado cuyo objetivo sería estudiar planetas fuera del Sistema Solar en otras partes de la Vía Láctea.

El objetivo principal de la misión sería dar con primer planeta similar a la Tierra que este orbitando en la zona habitable de una estrella como el Sol. Los astrónomos chinos creen que tal planeta, al que llamaron “Tierra 2.0”, podría tener las condiciones adecuadas para que exista agua líquida, y posiblemente vida.

Hasta el momento se han descubierto 5000 exoplanetas en la Vía Láctea, la mayoría con el telescopio Kepler de la NASA, pero este dejó de funcionar en 2018 por falta de combustible. No obstante, ninguno de estos exoplanetas se ajusta a la definición de una “Tierra 2.0”. 

El satélite “Tierra 2.0” está diseñado para transportar siete telescopios que observarán el cielo durante cuatro años. Seis de los telescopios trabajarán juntos para estudiar las constelaciones Cygnus-Lyra, la misma porción de cielo que recorrió el telescopio Kepler de la NASA.

“Nuestro satélite puede ser de 10 a 15 veces más poderoso que el telescopio Kepler de la NASA en su capacidad de estudio del cielo”, dice Jian Ge, el astrónomo que dirige la misión asiática en el Observatorio Astronómico de Shanghái de la Academia de Ciencias de China.
 
Además, Ge agrega que “nuestro satélite esencialmente puede realizar un censo que identifique exoplanetas de diferentes tamaños, masas y edades. La misión proporcionará una buena colección de muestras de exoplanetas para futuras investigaciones”.

De esta manera, los telescopios buscarán exoplanetas detectando pequeños cambios en el brillo de una estrella, que indiquen que un planeta ha pasado por delante de ella. De acuerdo con los científicos chinos, el uso de múltiples telescopios pequeños juntos brinda un campo de visión más amplio, que un solo telescopio grande como el Kepler.

Los primeros seis telescopios del “Tierra 2.0” se utilizarán para observar alrededor de 1,2 millones de estrellas en una región de 500 grados cuadrados, que es aproximadamente 5 veces más ancho que la vista de Kepler. Al mismo tiempo, el satélite chino podrá observar estrellas más tenues y distantes que el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA, que sondea estrellas brillantes cerca de la Tierra.

El último telescopio apuntará al centro de la Vía Láctea y será un instrumento de microlente gravitacional para investigar a los “planetas rebeldes”, es decir, aquellos objetos celestes que van libremente y que no orbitan en ninguna estrella, como es el caso de Neptuno. 

También cabe recordar que para confirmar que un exoplaneta es similar a la Tierra, los astrónomos necesitan medir el tiempo que tarda en orbitar alrededor de su sol. Los expertos explican que necesitan al menos tres tránsitos para calcular un período orbital preciso, lo que requiere aproximadamente tres años de datos y, a veces, más, si faltan antecedentes. 
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