Por un dólar se vendió la isla que dio origen a la ciudad de Nueva York. (Foto: Envato)

La isla que dio origen a la ciudad de Nueva York se vendió por un dólar

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Desde South Street en Manhattan hacia la Isla de los Gobernadores. Llega un momento que el horizonte se desvanece y hay algo que centra toda la atención. Los altísimos rascacielos de cristal, acero y hormigón se alzan sobre el puerto de color pizarra. 

Solo ocho minutos después llegamos a nuestro destino: una isla de 70 hectáreas a solo 730 metros de la metrópolis más grande de Estados Unidos. 

La isla, que una vez fue el hogar de los nativos americanos Lenape, se llamaba Paggank, o "Isla de las nueces", debido a su abundancia de castaños, nogales y robles. Cuando aparecieron los holandeses, establecieron el primer asentamiento de su colonia de Nueva Ámsterdam, lo que convirtió a esta isla portuaria ahora deshabitada en el lugar de nacimiento de la ciudad de Nueva York.

Así, el oasis alberga 11 kilómetros de caminos para bicicletas, una granja urbana del tamaño de media hectárea; extensos prados y jardines; toboganes de tres pisos de altura; una pista de patinaje sobre hielo en invierno; y todo tipo de lugares de picnic, parques infantiles e instalaciones artísticas.

Asimismo, la isla es la primera en aquello que se conoce como desperdicio cero por lo que podría ser considerada una de las más sostenibles. Del mismo modo, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció que la isla ahora sería el lugar de un "laboratorio viviente" de 700 millones de dólares dedicado a encontrar soluciones para abordar la crisis climática.

"El diseño y el concepto del parque realmente se centran [en] la sostenibilidad y la resiliencia", comentó Clare Newman, presidenta y directora ejecutiva del Fideicomiso para la Isla de los Gobernadores, que administra la isla junto con el Servicio de Parques Nacionales.

Aunque la isla originalmente tenía 29 hectáreas, se agregaron otras 40 a principios del siglo XX usando tierra excavada cuando la ciudad extendió la estación de metro Lexington Avenue en Manhattan, duplicando su tamaño hacia el sur. 

Los ingleses llegaron a Nueva York en 1664, cuando arrebataron la isla a los holandeses. Once años después de que las tropas británicas se retiraran al final de la Revolución Estadounidense en 1783, el gobierno de Nueva York comenzó a fortificar el puerto mediante la construcción de tres fuertes en la isla: Fort Jay, Castle Williams y South Battery, que ayudaron a disuadir una invasión británica en el guerra de 1812.

Bajo el control del gobierno de Estados Unidos , la isla se convirtió en una base militar, una estación de cuarentena para refugiados religiosos, una prisión para soldados confederados durante la Guerra Civil, un cuartel general del ejército durante la Segunda Guerra Mundial y finalmente una base de la Guardia Costera hasta 1996. 

Luego, la isla quedó en gran parte abandonada durante casi una década mientras el gobierno federal debatía qué hacer con ella. En 2001, la isla fue designada Monumento Nacional y dos años después, fue vendida a la ciudad y al estado de Nueva York por un dólar. Finalmente, en 2005, se abrió al público.

Liggett Terrace, justo al sur de lo que una vez fue el edificio militar más grande del país, ahora es el hogar de food trucks, que ofrecen desde pollo frito del este de Asia hasta comida vegana y pizza.

En 2018, el Colectivo Isla de los Gobernadores instaló 36 tiendas de campaña privadas con vistas a la Estatua de la Libertad. El año pasado, abrió el Spa QC NY, lo que permite a los huéspedes relajarse en una cama de infrarrojos, en una sauna o sala de vapor, o en la piscina de hidromasaje al aire libre con vistas a los helicópteros que descienden hacia el distrito financiero y los transbordadores que cruzan el puerto. 
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