Sustancias químicas pueden generar tumores en el útero. (Foto: Envato)

Las sustancias químicas que no vemos y que alteran nuestro entorno

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Flalatos. Eso es lo que se conoce como sustancias químicas. Y estas, están presentes en cientos y cientos de productos domésticos. Y estas sustancias van más allá puesto que se relacionan con los miomas uterinos, tumores no cancerosos del tamaño de una semilla o un balón de fútbol que crecen dentro o alrededor del útero.

Estos miomas afectan a millones de mujeres y pueden causar dolor pélvico y de espalda, hemorragias menstruales abundantes, dolor durante las relaciones sexuales o problemas reproductivos.

Se sabe que los ftalatos interfieren con las hormonas y han sido objeto de investigaciones sanitarias durante más de una década. Varios estudios han identificado mayores riesgos de miomas entre las mujeres expuestas a estas sustancias químicas.

A través de un análisis de 2017 de cinco estudios, investigadores de China encontraron mayores riesgos de miomas en mujeres con niveles crecientes de subproductos de un ftalato llamado DEHP (una sustancia química que comúnmente se agrega a los plásticos para hacerlos flexibles) en su orina.

En un estudio preliminar de 2019, Ami Zota, científica de salud ambiental que ahora trabaja en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), y sus colegas descubrieron que los niveles más altos de ftalatos en la orina, en particular los subproductos del DEHP, se asociaban con miomas más grandes y un útero agrandado en mujeres negras de Estados Unidos sometidas a cirugía por miomas.

Los estudios establecen que una de cada cinco mujeres sufrirá un mioma en algún momento de su vida, siendo la edad comprendida entre los 30 y los 50 años la más común. Aunque es el tumor ginecológico más frecuente, es benigno en el 99% de los casos. Actualmente no existen medicamentos que puedan reducir permanentemente el tamaño del tumor.

Estos tumores pueden reducirse por sí solos, sobre todo después de la menopausia, y muchas mujeres pueden no necesitar tratamiento a menos que los síntomas se vuelvan difíciles de manejar.

Algunos medicamentos pueden aliviar los síntomas, pero la cirugía es la única opción cuando los fármacos resultan ineficaces o los miomas dificultan el embarazo. Las pacientes pueden optar por tratamientos como una miomectomía para extirpar quirúrgicamente los miomas, que puede ser mínimamente invasiva y preservar el útero, pero en determinadas situaciones se hace necesaria una histerectomía para extirpar el útero.
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