Jueves, 14 de marzo de 2024
Analizan por primera vez un meteorito caído en Galicia. (Foto: CSIC)

El meteorito caído en Galicia deja abiertas muchas puertas

Compartir en:
El pasado 18 de enero de 2021, en plena pandemia, cayó en Galicia el meteorito Traspena, a unos 20 km de la ciudad de Lugo. Ocurrió poco después de que una enorme bola de fuego, catalogada como SPMN180121, atravesara el cielo y que su onda de choque (producida por su entrada a hipervelocidad y rotura en la atmósfera) fuese escuchada por cientos de personas. 

Se trata de la primera caída de un meteorito recuperada en esta comunidad autónoma gracias a las cámaras de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y los vídeos que mandaron varios aficionados a la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (SPMN). Las imágenes sirvieron para determinar la trayectoria atmosférica de este meteoroide que generó ondas sonoras detectadas en tres estaciones sísmicas.

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela, liderados por el investigador Manuel Andrade, y de tres centros del CSIC (el Instituto de Ciencias del Espacio ICE, Geociencias Barcelona GEO3BCN y el Museo Nacional de Ciencias Naturales MNCN) trabajaron codo a codo en el estudio de este meteorito.

El estudio, aceptado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, partió del análisis de los vídeos recopilados de cuatro estaciones de la red SPMN y once aportados por testigos casuales de ese luminoso evento.

El meteoroide original tenía un diámetro de aproximadamente 1,15 metros y una masa de alrededor de 2620 kg, por lo que técnicamente era un pequeño asteroide.

Dos meses después de que la bola de fuego atravesara el cielo y en plena campaña de recuperación de la USC, un agricultor localizó el meteorito cerca de Traspena. Los científicos confirmaron que era una condrita ordinaria de 527 gramos, que ya ha sido nombrada oficialmente por la Meteoritical Society.

“Además de participar en la reducción astrométrica de los vídeos, verificando la órbita calculada desde la USC y, a partir de ella, en la búsqueda de un asteroide progenitor para el meteoroide que produjo Traspena, identificando y evaluando su posible origen en el asteroide potencialmente peligroso Minos”, afirma.

“La difracción de rayos X proporcionó información estructural y composicional muy valiosa sobre los minerales mayoritarios del meteorito. Los resultados obtenidos presentan un excelente acuerdo con los microanálisis realizados para su caracterización petrológica. Esto no es baladí, ya que la difracción proporciona información sobre un promedio macroscópico del meteorito, mientras los microanálisis solo permiten estudiar unos pocos granos minerales”, apunta Ibáñez-Insa.
Compartir en: