Jueves, 14 de marzo de 2024

¿Por qué Samsung se está haciendo de oro con las ventas del iPhone X?

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Ya está a la venta el nuevo terminal de Apple, conocido como iPhone X. Apple fue la principal interesada en que todo saliera bien y la demanda sea alta, aunque no la única que sacará tajada del más que previsible éxito de este móvil.

Samsung, su rival, fabricante por ejemplo del Galaxy S8 o del Galaxy Note 8, proporciona varios de los componentes imprescindibles para fabricar el iPhone X.

Concretamente, las pantallas OLED, las memoria DRAM o el almacenamiento flash son tres de las piezas que Apple necesita y que sólo Samsung puede proporcionar en cantidad suficiente. En total, Samsung conseguirá unos 100 dólares (85,10 euros) por cada terminal que venda Apple, lo que sin debe dar bastante placer a los ejecutivos que intentan competir por otro lado contra el popular teléfono.

Si se multiplica ese dinero por los supuestos 130 millones de iPhone X que es van a vender en sus primeros 20 meses en el mercado (todo esto, según los estudios de mercado), Samsung ingresará más de 34.000 millones de euros con el teléfono.

Con el Galaxy S8, están prevista la venta de 50 millones de unidades, y aunque gana unos 202 dólares (171 euros) por cada uno de ellos, en total la cifra es inferior: sobre 8.500 millones de euros.

Con el iPhone, los coreanos se han volcado por completo y, tal y como se anunció en agosto, van dedicar casi en exclusiva toda su producción de paneles OLED para Apple. No sólo eso, sino que también intensificaron su producción para estar a la altura de la demanda: de hacer 15.000 paneles al mes, pasaron a hacer más de 100.000. 

Es paradójico que el iPhone pueda llegar a ser más rentable para Samsung que su propio buque insignia, aunque también hay que decir que colaborar con el rival les permite aumentar su balance contable y reinvertir parte de ese dinero en sus propios terminales. Eso sí, de los ingresos obtenidos hay que descontar el coste de los componentes y la inversión en I+D.