MUCHAS INCÓGNITAS

El secreto de mecanismo de Anticitera, la pista de Indiana Jones

Cómo es el mecanismo de Anticitera. (Foto: Wikimedia)
Cómo es el mecanismo de Anticitera. (Foto: Wikimedia)
En 1901, en la pequeña isla de Anticitera, entre Creta y Citera, un buceador encontró, por pura casualidad, un barco hundido repleto de esculturas de mármol y bronce, ánforas y monedas.
En algún momento entre el 150 y el 100 a.C., los antiguos griegos crearon un dispositivo conocido como el Anticitera, que algunos consideran el primer ordenador o calculadora de la historia.

Este ingenio, del tamaño de una caja de zapatos, contaba con dos esferas en la parte delantera y una en la trasera, así como agujas, ruedas, manivelas y engranajes.

Era capaz de calcular la órbita de los cinco planetas conocidos por los griegos: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. También podía predecir los eclipses solares y lunares, así como establecer la fecha exacta de los Juegos Olímpicos.

Lamentablemente, el dispositivo se hundió en el mar Egeo y permaneció allí durante más de dos mil años. Sin embargo, gracias a las habilidosas manos de Michael Wright, un antiguo conservador de museos británico, el asombroso invento ha sido reconstruido.

Wright trabajó en solitario en esta tarea y logró completar la reconstrucción, revelando la sofisticación del mecanismo, que no se volvería a ver hasta 1.000 años después.

Los expertos señalan que el descubrimiento de este mecanismo es equiparable a encontrar un motor de combustión interna en la tumba de Tutankamón.

Ha transformado nuestra comprensión de la antigua Grecia, que anteriormente se consideraba tecnológicamente ignorante.

En 1901, en la isla de Anticitera, se descubrió un barco naufragado que contenía esculturas de mármol y bronce, ánforas y monedas. En medio de todas estas piezas vistosas, el mecanismo recibió poca atención.

Estaba dividido en 81 fragmentos que apenas se distinguían debido a la suciedad marina que los rodeaba. Además, pocos creían que los antiguos griegos fueran capaces de diseñar una máquina tan compleja. El dispositivo fue catalogado con el número 15087 y quedó relegado a un pasillo secundario del Museo Arqueológico de Atenas.

Sin embargo, en la segunda mitad del siglo pasado, un grupo de historiadores y científicos comenzó a investigar el enigmático artefacto. Este trabajo ha llevado ahora al taller de Wright.

Aunque no es la primera réplica del mecanismo, se considera la más completa y fiel al original. Wright utilizó placas de metal reciclado para su construcción, al igual que en el Anticitera original, convirtiéndolo así en el primer ordenador ecológico de la historia.

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